EN EL UMBRAL DE LA REFERENCIA
09.09.09
Juan García-Rico - SCHERZO
Se esperaba con expectación la presentación de este álbum. Escuchado y analizado a conciencia, hay que hablar de un trabajo magnífico en lo técnico, mas tan personal y arriesgado en lo estilístico que su total recomendación conlleva algunas reservas que conviene matizar. No cabe duda de que el joven conjunto ha conseguido hacerse un hueco más que justificado entre los cuartetos más interesantes a nivel internacional. Su uniformidad de criterios es absoluta, así como el fundamental equilibrio de protagonismos. Para este Haydn ha hecho desaparecer el vibrato casi en su totalidad, logrando un sonido luminoso y transparente de afinación impoluta. Sus arcos enfocan los ataques en acentos contundentes, casi expresionistas en ciertas ocasio- nes, y una agilidad nerviosa que entra incluso en el sobre- salto y hasta en la vehemencia. Dicho todo esto, y todo muy bueno, hay que apuntar que el resultado está velado por una necesidad de permanente origi- nalidad que descentra el fiel de la balanza. Curiosamente son los mismos valores de novedad, fundamentalmente agógica y dinámica, que deparan sus mejores méritos aquellos cuyo exceso les lleva a caer en lo caprichoso, perdiendo el nivel referencial del que tan cerca andan. Junto a la general frescura chispeante de los tempi escogidos, uno querría encontrar siempre el sentido a aquellos otros que entran abiertamente en el terreno de la exageración hasta el punto de convertir lo escrito en una sombra atropellada del original. Se agradece la vivacidad impresa a muchas de estas páginas — Presto del nº 2 o Rondó del nº 3, por ejemplo— pero son tam- bién varios los momentos don- de el tempo es forzado hasta el límite, perdiendo toda capaci- dad de articulación y claridad —Presto del nº 1, por ejemplo. La necesaria sensación de reposo en el diálogo —Largo del nº 4— suele echarse en falta, enristrando frases en un discurso donde incluso la rudeza también hace en algunos puntos acto de innecesaria presencia —nº 5. En el terreno dinámico, la generalmente feliz variedad de la oferta cae asimismo en gratuidades —Moderato del nº 4— o deja escapar detalles que podrían haber sido más que jugosos —la mantenido en el primer violín en el inicio del Andante del nº 6. Finalmente hay que aludir al interesante matiz humorístico general, especialmente conseguido en varios puntos —deslizamientos con mucha gracia en el Trío del nº 2, por ejemplo— pero desconcertante o no suficiente- mente justificable en otros — alteración del pulso en cc. 72- 76 del Moderato del nº 4, o fa trinado postizamente por la vio- la en el Allegretto del mismo.
En resumen, un Haydn imaginativo y excelentemente ejecutado, en absoluto rutinario, que, además, llegaría mucho más lejos con un punto mayor de madurez.