«Beethoven acomplejó a compositores posteriores»
21.08.17
EL DIARIO Montañés
Cuarteto Casals
El conjunto, que celebra su veinte aniversario, interpretará esta noche en la sala Argenta (FIS) tres de los cuartetos del compositor alemán
Hace veinte años un grupo de alumnos de la Escuela Reina Sofía formó el Cuarteto Casals, una formación que se ha convertido en referencia. Hoy vuelven al Palacio de Festivales –suelen acompañar a los pianistas del Concurso de Paloma O’Shea– para protagonizar un concierto del Festival Internacional de Santander. Tocarán, como explica el violinista Abel Tomás, tres cuartetos de Beethoven. «Un reto que es algo así como sacarse el cinturón negro de karate».
–Esta noche regresan a la sala Argenta con un concierto especial por el veinte aniversario de su formación. ¿Qué programa han preparado?
–Con motivo del veinte aniversario queríamos preparar un programa especial. El proyecto que nos hacía más ilusión era el reto de interpretar los cuartetos de Beethoven, que para los músicos es un poco como sacarse el cinturón negro karate. Es la prueba definitiva para un cuarteto, por la dificultad que tiene tanto musical como técnicamente y porque como te digo es el epicentro del repertorio cuartetístico.
–Háblenos un poco de esos cuartetos.
–Hay un antes y un después de los cuartetos de Beethoven. De hecho estas obras acomplejaron a compositores posteriores como Brahms, Schubert, Mendelssohn o Schumann. Nosotros hemos preparado una integral con todos los cuartetos que son 16, pero en Santander vamos a interpretar sólo tres porque nos llevaría varios días tocarlos todos.
–El Cuarteto Casals ya ha estado varias veces en Santander, acompañando al concurso de Piano de Paloma O’Shea. ¿Cómo valoran al público de esta ciudad?
–Sí, hemos estado varias veces en el Palacio de Festivales, pero esta es la primera vez que venimos al Festival Internacional, aunque mi hermano, Arnau Tomás, estuvo el año pasado en el FIScomo solista, así que estamos muy agradecidos, porque no es frecuente que los festivales programen monográficos como este y en cuanto al público de Cantabria es muy afectuoso y muy abierto.
–Vamos a echar la vista atrás. ¿Cómo se creó este Cuarteto?
–Yo tenía 16 años, soy el más joven del grupo. Todo surgió en el marco de la Escuela Superior Reina Sofía, donde hemos estudiado tres de los actuales componentes del grupo: mi hermano, Arnau; Vera Martínez-Mehner y yo. Jonathan Brown llegó después.
–¿Y cuál era el objetivo?
–Nacimos ya con la ambición de que fuera un proyecto a largo plazo, para el que había que invertir mucho esfuerzo. Al principio todo fueron experimentos. Hicimos una primera gira, el primer concierto fue el 30 de marzo de 1997 en Toledo, y luego viajamos a Andalucía. En esas primeras experiencias logramos una afinidad común y disfrutamos mucho. Fue como enamorares.
–¿Qué tienen de especial los instrumentos de cuerda cuando se unen en un conjunto como este?
–Esta formación la inventó, por decirlo de alguna manera Joseph Haydn porque antes de este compositor no había nada escrito para este tipo de cuartetos. Su principal peculiaridad es que se parece mucho al canto coral. Un coro tiene cuatro voces: bajo, barítono, contralto y soprano y un cuarteto de cuerda admite desde tocar corales a poder interpretar cualquier otra estructura musical porque todas están basadas o se pueden sintetizar en cuatro voces. A esto súmale que son cuatro instrumentos del mismo timbre y como podemos hacer doble cuerda se puede tocar más de una voz.
–¿Cómo os ponéis de acuerdo a la hora de elegir un programa?
–Todas las decisiones las sometemos a votación, desde el programa al vuelo que cogemos o la hora en que ensayamos. Aunque si alguno de los miembros no quiere que se interprete un determinado tema no se hace. Lo que queremos es que el cuarteto esté convencido de lo que hace. En el caso de la integral de Beethoven no tuvimos problema porque nos hacia ilusión a todos.
–Se les considera uno de los cuartetos más importantes de su generación, ¿cómo se llega a eso?
–Con mucho trabajo, aunque obviamente tiene que haber talento, formación y técnica individual pero el secreto para que un cuarteto de cuerda llegue a un nivel de excelencia es mucho trabajo y constancia. En este tipo de formación no hay logros a corto plazo y tiene que haber espíritu de equipo, casi como un equipo de fútbol, que requiere rodaje y entrenamiento. Una de las mayores dificultades es la afinación. Si tu juntas a cuatro virtuosos no sabrían tocar en un cuarteto, porque requiere mucho conocimiento de como jugar con el balance y entender las intenciones de tu compañero. Es algo que se logra día a día.
«En estas formaciones no existen los logros a corto plazo y sí mucho espíritu de equipo»
–Además no han tenido que salir de España como otros músicos.
–Cuando acabamos en la Escuela Reina Sofía todos continuamos la formación en Colonia (Alemania) y si volvimos a España es porque nos ofrecieron la posibilidad de dar clase en Barcelona, en la Escuela Superior de Música, y Zaragoza. Aunque ahora solo estamos en Barcelona. La base fue tener una cátedra para impartir clase de música de cámara y cuarteto, que hasta entonces no existían en España. De nuestras clases han salido muchos de los actuales cuartetos y de eso estamos muy orgullosos y a la vez nosotros hemos aprendido mucho dando clase.
–¿No han tenido tentaciones de hacer carrera en solitario?
–Claro, nosotros nos formamos como instrumentistas, aunque nos encanta el repertorio y tocar juntos. A veces es muy crudo salir solo a un escenario, pero no cerramos puertas y también tenemos proyectos en solitario. Por ejemplo de forma paralela al cuarteto toco con mi hermano en un trío con una pianista coreana. Es interesante para el grupo que tengamos otros proyectos porque sin influencias exteriores nos retroalimentaríamos en nuestras propias ideas.